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MISIÓN CUMPLIDA

  • Erlyn Lopez
  • 24 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 25 jul 2019


Un día más que transcurre, lento tortuoso distinto a los días que estabas acostumbrada a llevar pero cargados de cariño aunque eso no evita el cansancio obvio.

Te observo en el atareo acercándome a ti, tomo tus hombros, realmente tensos por el estrés que genera el no descansar mucho y sobre toda las frustraciones que causan algunos eventos.

Tus Hombros tensos, cuando los toco te duele un poco, intentas apartar mis manos pero insisto en hacerlo, sin mucho protocolo quito tu camisa y sostén. Te recuesto al borde de la cama, ubico el aceite para bebés, lo llevo al Micro Ondas y lo caliento un poco mientras me miras con cara de -"que estará planeado". Me acerco un poco a ti queriendo besar tus labios pero sigo de largo a tus hombros, los saludo con mi boca antes de llenarlos de aceite tibio.

Sientes el aceite recorrer tu cuello y hombros bajando por tu espalda hasta colarse un poco entre tus nalgas, baja por tu pecho hasta tu ombligo, que torpeza la mía jajaja con toda la intención he puesto mucho aceite.

Vuelvo a lo mío y comienzo a masajear desde tu cintura hasta el cuello recorriendo con mis dedos impetuosos toda tu espalda, dando círculos cada 5 centímetros estacionando la sensación primero incómoda, luego placida sin deja parte alguna sin masajear, sin relajar. Me enfoco en tu omóplatos por un instante rebajando la tensión acumulada en ellos, un poco intensa la sensación subo a tus hombros donde está la segunda batalla a vencer, dedico todo mi arsenal a romper los nudos de tensión entre tus hombros, cuello y nuca, pero tu cara ya había imaginado mis intensiones ocultas, bajo y te despojo de tus leggins negros y tu ropa interior, dejándote enteramente desnuda de espaldas a mí, y recomienzo el masaje más completo.


Tomo tus pies y pantorrillas y los masajeo por un par de minutos cada uno, subiendo a los muslos dedicando mi tiempo detrás de las rodillas, las entre piernas y los glúteos recorriendo poco a poco hasta llegar a las caderas pasando justo entre tus nalgas, siguiendo la trayectoria de tu columna hasta tu cuello nuevamente.


Como era de esperarse, te pido te voltees, cubro tu rostro con mi franela, comienzo el masaje desde el empeine de los pies hasta las rodillas subiendo por los muslos sin tocar tu sexo, justo hasta tu abdomen recorriendo desde tu ombligo hasta tus senos bordeando sin tocar los pezones, sacando la tensión debajo de tus axilas! y esta vez sí beso tus labios!, dedico un par de minutos sólo a besar tu boca, estas medio dormida, lo que significa que el objetivo fue alcanzado, el objetivo de relajarte.


Ahora desvió todas mis baterías a complacerte.


Traslado mis besos a tu zona especial, a tu zona íntima y beso poco a poco tu totonita. Chupo cada labio con pasión y ternura, dejándote saber cuanto me encanta tu coñito; poco a poco voy adueñándome de ella mientras contoneas, me acerco al clítoris desnudo ansioso por ser complacido y lo lamo un poco para descubrirlo y luego apoderarme de el con chupones y lamidas sin liberarlo, siento como vibras, tus manos me toman de la cara miras mis ojos mientras me apodero de tu placer oculto y justo cuando estás por llegar al clímax máximo aprietas mi cara con tus piernas fuerte, dejando salir un quejido de placer para luego liberarme, sin embargo yo no te dejo libre y continuo lamiendo y chupando tu totona hasta lograr hacerte explotar nuevamente suspirando diciendo: -YAAA.. Yaaa Yaaa..


Me separo de tu totona subo hasta tu pecho, miro tus ojos, te abrazo te beso. me voy y te tomo por la espalda en un abrazo inmenso, te duermes al instante!


Misión cumplida! Logré Relajarte

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