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RESPIRA -LOS QUE QUEDAMOS ATRAS 1.

  • Erlyn Lopez
  • 18 may 2022
  • 4 Min. de lectura



No se como explicarte esto, no se como empezar; lo difícil que es contar esta historia y revivirla en la piel.

Él se sabia enfermo, yo lo sabia, lo que no sabíamos era la gravedad, esa enfermedad esta tan impredecible, muchas cosas influyeron en su situación, pero cuando supe que estaba tan mal, le avise a todos, pero no se si fue por miedo, por comodidad o por no considerar realmente la gravedad de la situación, pero solo tu Papá respondió.


No quiero juzgar a nadie, tenían razones validas o no, pero tenían sus razones.


En fin, llegamos a sus casa tu papá, tu hermana, mi hijo y yo; y lo encontramos en un estado bastante delicado, tu hermana con su experiencia de la universidad, rápidamente lo evaluó y noto que estaba mucho peor de lo que creía él y de lo que nosotros pensábamos, sus labios estaban poniéndose azules, las puntas de sus dedos también, estaba sudando, muy agitado, demasiado.


Esa noche tratamos de convencerle de que debíamos ir al centro asistencial, porque su situación era bastante delicada, pero ya sabes como era, su terquedad unida al miedo, y es que los rumores y los cuentos que se escuchaban en ese momento, creo que todos estábamos asustados, y no es para menos.


Su único argumento para no ir era,

--Yo No me quiero ir al Hospital, todo el que entra al hospital ahorita no sale vivo, si me voy a morir, pues que sea aquí en mi casa.


Se que era su miedo hablando, tu hermana le decía,

-Pero que diferencia hace si te mueres allá o aquí, pero allá tienes mucha más oportunidad de mejorar que acá encerrado.


Esa noche no pudimos convencerle, muy temprano al día siguiente, estaba mucho peor, que él mismo nos pidió que le lleváramos; supongo que reflexionó, además que de verdad debían sentirse de la peor manera posible.


No perdimos tiempo y salimos directo al centro asistencial, 45 minutos de viaje pero creo que tu papá hizo menos tiempo.


Tu hermana en su experiencia tomo las riendas para lograr el ingreso, por realmente aunque era una emergencia, la cosa no estaba tan sencilla para el ingreso, imagínate la cantidad de personas que estaban pasando por una situación similar, pero al fin se logró el ingreso. No te voy a negar estaba aterrada, la angustia me removía todo por dentro, el estomago sentía un gran nudo que se apretaba y soltaba, pero al ingresarlo me relaje un poco, porque por lo menos ya estaba siendo atendido.


Falta de oxigeno en la sangre a causa del enfermedad, por eso sus labios y manos estaban azules, fue lo primero que atacaron.


Tu hermana noto que tu papá estaba teniendo síntomas, es decir que estaba contagiado antes de venir, le dijimos que por favor tenia que regresar y atenderse antes de que pasara a mayores, pero el insistía que esta bien, que quería quedarse, que podía quedarse, que sentía que no debía irse, pero tu hermana lo convenció.


Regresaron y me quede solo con mi hijo en aquel lugar lleno de tanto dolor, el ambiente estaba cargado de tanto sufrimiento, que era imposible no sentir pena. Tu primo estaba ahí, al pendiente de las cosas que se necesitaran para conseguirlas, además de estar pendiente de mi.


Estaba recuperándose te lo digo, en una de las conversaciones que tuvimos durante todo ese proceso, me decía.

--Si me muero me van a cremar, lleva mi cenizas al mar, quiero eso, que mis restos queden ahí, en mar.

Yo le dije, tu no te vas a morir tranquilo, te estas recuperando.


Tu papá ingresado, paso su tratamiento y gracias al Dios tuvo una recuperación rápida, y tu tío estaba evolucionando bien, estaba muchísimo mejor de como lo encontramos, pero aun estaba en situación de riesgo, tenia mucha afectación en los pulmones, pero estaba recuperándose, estable, con el problema de oxigeno debía tener una mascarilla puesta, que por cierto el hospital no tenia, hubo que pasar un odisea para conseguirla, pero al fin se encontró.


Aquel día los niveles del oxigeno estaba bajo según me cuentan, lo que si sé es que llego un camión a recargar el oxigeno del hospital, todo estaba normal, ya no eso lo habían hecho antes, pero ese día algo era diferente, note que los pacientes se estaban angustiando, tu tío se notaba relajado, pero eso cambio en cuestión de segundos.


Su cara comenzó a notarse rasgos de preocupación, algo estaba pasando. El oxigeno había dejado de fluir por alguna mala maniobra hecho durante la recarga.


Mi corazón cambio de forma, se comprimió, se apretó de tal manera que no podía latir, mi respiración se detuvo por un momento porque advertía lo que eso significaba.


El abría sus labios, desesperado, el sudor lo invadió como cuando lo encontramos en su casa, estaba exactamente igual, agitado, consternado, su rostro reflejaba el miedo, me veía como queriendo decir algo, estaba luchando, tosía sin fuerzas ya, estaba ahogándose, Le tome la mano, le dije que lo amaba, no podía decir más, no podía hacer nada, solo gritar desesperada de que lo ayudaran, pero no era solo él, quien estaba pasando por ese momento.


Dolor, impotencia, desespero, angustia, rabia, tantos sentimientos justos, dejo de respirar, dejo de respirar, murió, murió, no paraba de repartir lo mismo, no se si en mi mente o lo estaba gritando, me perdí por un instante de la realidad. había muerto justo a mi lado y no puede hacer nada para evitarlo.


No pude hacer mas, solo quedarme ahí sentada, y llorar. Tu primo llegó y me encontró ahí, sentada, llorando, y lo supo de inmediato, que había muerto, yo no podía articular palabras, no sabia que decir, no tenia aliento para hablar, mi mente estaba perdida en la nada, estaba en blanco, mi hijo me preguntaba que venia ahora, que sucedería. No supe responder, no podía hacerlo.


Se que los tramites de la cremación y todo aquel protocolo, era lo siguiente, pero si no podía hablar!, imagínate que cabeza tenia para aquello.


Le pedir casi sin decirle que por favor, se hiciera cargo de todo, que estuviera pendiente del todo el proceso, que de verdad lo llevaban al crematorio, que de verdad era sus restos lo que nos regresaban.



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