ALQUIMIA

Durante años cientos de hombres estuvieron dando su vida en búsqueda de la piedra filosofal.

Durante siglos hombres escribieron grimorios con sus observaciones, en la búsqueda de la transmutación.

Alquimia le llamaron a su arte.

Alquimia fue haberte conocido, que nuestras mentes se atrajeran de la manera que lo hacen, que nuestras almas se reconociera en esta existencia, que recordaran nuestra danza espacial, ese baile que estuvimos dando durante eones, donde por distraerme te perdí de vista y esa es la razón por la cual hoy te miro tanto, alquimia es fundir nuestras miradas, en una sola y que nuestros corazones latan al mismo ritmo, armonizando las melodías de nuestras voces al decláranos amor, este amor prohibido por la sociedad y sus reglas, este amor que duele por ser real, este amor que aunque termine nunca tendrá final.

La mezcla de elementos naturales, de metales, líquidos y sales, de orgánicos e inorgánicos, eso es lo que se supone que es alquimia, madre de la química actual, pero alquimia es la mezcla de tus sentimientos y los míos, de tus emociones y las mías, alquimia es formar un nuevo elemento, la piedra filosofal, y lo llamaremos Amor, si Amor aunque asuste la palabra, aunque no se crea o no se acepte, amor, solo podemos llamarlo así, sin explicaciones, sin razones lógicas, con mucho en contra, nació solo, entre tus manos y las mías, de tu mirada y la mía, de tu calor y el mío, de nuestros actos sinceros de cariño, templanza y desinterés, de nuestros encuentros bohemios, de nuestras caricias y besos, de ahí nació, y se llama amor.

Ruego al cielo, que lo deje crecer, que lo deje caminar, que lo deje conocerte y conocerme, que nos tome de la mano y que entre abrazos nos salude con desdén, que te extrañe como lo hago contigo y que me extrañe como lo haces conmigo.

Que aprenda a hablar y a expresarse, que sea libre de bailar, de besar, de cantar, de tocar canciones, de recitar poemas, que sea libre de vivir en tu pecho y el mío, que aprenda a decir te quiero, sin miedo.

Alquimia mágica ese es el nombre que le coloco a esto lo de nosotros que no tiene etiquetas, esto que nos hace explotar la cabeza, que nos inflama el pecho, que no podemos negar, que se nos sale por los poros, que transpiramos y hasta lloramos.

Esto se llama amor; y duele, duele por lo real que es.

Pero es un dolor soportable siempre que nuestras manos se junten, siempre que nuestros pechos se encuentren y nuestros corazones hablen, en su idioma místico, como el de nuestros ojos, que cuando se tropiezan en el camino brillan de tal manera, que ilumina el lugar, formado un arcoiris por donde los sueños pueden viajar.

Alquímico nuestro querer, nuestros abrazos incansables, nuestros besos profundos de pasión, alquímico sentirte aferrada a mi piel y aferrarme yo a la tuya, alquímico nuestros querer, alquimia tú eres mi luna.

Corazones palpitantes, destellando de emociones, cabezas en remolinos, escudriñando razones, locos o cuerdos, arriesgados o cautos, soñadores ilusos o realistas pesimistas, siempre seré tu payaso, tu arlequín de noble corte y tu serás mi princesa, que de campesina se disfraza, pero a diferencia del cuento, yo si te reconocí y es esa la razón mi cielo por la que estamos aquí.

Magia infinita y pura, lo que brota de tus poros, eres perfecta criatura, nunca dejes de creerlo, culpable en este mundillo, creo que lo somos todos, alguna culpa cargamos, no por eso debe condenarnos al sufrimiento.

De querer nadie es culpable, de amar nadie lo es, pues como ha de ser culpable quien es capaz de crear, un sentimiento tan puro, profundo y místico como lo es el amar.

No te aflijas vida mía, que a tu lado yo estaré, si es de sufrir, sufriremos, no te voy a abandonar, si es de reír, reiremos a tu lado voy a estar.

No desmayes aquí estoy, si te afliges llámame que donde te encuentres iré, no estas sola estoy contigo, no lo olvides somos dos, lo que formamos la alquimia que hoy le llamo amor.